Ventilación y su importancia en los ambientes interiores

Se entiende por ventilación el proceso de suministrar aire limpio (aire exterior) y eliminar aire viciado, por medios naturales y/o mecánicos, para proporcionar el oxígeno necesario para la respiración, diluir los contaminantes y, cuando es posible, controlar la temperatura y la humedad del interior de un recinto.

En la Calidad del Ambiente Interior (CAI) la ventilación cobra una importancia vital, ya que una ventilación deficiente puede originar numerosos problemas de CAI y, de la misma manera, numerosos problemas de CAI pueden solventarse a través de una correcta ventilación.

La ventilación de un espacio interior va a influir sobre factores de diversa naturaleza, principalmente química y biológica (su función principal es proporcionar el oxígeno necesario para la respiración y diluir los contaminantes), pero también física (y, cuando es posible, controlar la temperatura y la humedad).

La ventilación natural es la que tiene lugar a través de las ventanas, puertas e incluso las rendijas y grietas del edificio, y ocurre gracias a las diferencias de presión o de temperatura entre el interior y el exterior de los edificios. La ventilación mecánica o forzada requiere un sistema de conductos que transporte el aire de ventilación hasta los recintos a ventilar y ventiladores que lo impulsen a través de los mismos.

Tanto la ventilación natural como la mecánica, además de proporcionar oxígeno y diluir los contaminantes, pueden ayudar a modificar las condiciones termohigrométricas de un local. En el caso de la ventilación mecánica, para suministrar aire tratado, limpio y con una temperatura y humedad determinadas, normalmente se utiliza un mismo sistema, el sistema de ventilación-climatización. Otras veces el sistema de climatización o de acondicionamiento del aire es independiente del de ventilación.

Esquema de un sistema de ventilación-climatización

Esquema de un sistema de ventilación-climatización

Un sistema de ventilación o de ventilación-climatización requiere un mantenimiento continuo (motores, cambio y limpieza de filtros, control de la bacteria Legionella en las torres de refrigeración, etc.), ya que si no puede ser origen de múltiples problemas: ruido, vibraciones, diseminación de contaminantes por rebasamiento de los filtros, legionelosis, etc.

En general, lo ideal para evitar problemas es disponer tanto de ventilación mecánica como natural. La masiva construcción de edificios herméticos a partir de los años 70, en los que no hay ventanas practicables y la ventilación es forzada, ha hecho que se multipliquen los problemas derivados de una mala calidad del ambiente interior. En unos casos, para ahorrar energía, el aire de ventilación tiene menos proporción de aire limpio de lo que debiera. En otros, el sistema está mal diseñado para el uso que finalmente se le da al edificio o no se somete al mantenimiento y limpieza que debiera.

Aunque los problemas de calidad del ambiente en interiores se dan con mucha mayor frecuencia en los edificios con ventilación mecánica, también en los que tienen ventilación natural puede haber este tipo de problemas. Por ejemplo, con la ventilación natural no siempre puede asegurarse una buena distribución del aire limpio por todo el local. Además, no se puede modificar la calidad del aire de ventilación, que puede ser mala si el edificio está situado en una zona contaminada.

Los principales problemas relacionados con la ventilación suelen estar relacionados con:

  • Suministro insuficiente de aire exterior. En el caso de los sistemas mecánicos se suele recircular parte del aire extraído del recinto y mezclarlo con aire limpio (exterior) que vuelve a entrar en el sistema. Muy frecuentemente, la proporción de aire recirculado es excesiva.
  • Mala distribución del aire. Esto ocurre cuando las ventanas (ventilación natural) o los difusores de aire (ventilación mecánica) no están distribuidos de manera uniforme o adecuada en relación con la distribución de los trabajadores.
  • Ubicación inadecuada de las tomas de aire exterior. La norma UNE-EN 13779 recomienda que se sitúen en la parte más alta de los edificios, expuestas al viento. Es importante que, tanto las tomas de aire exterior en sistemas mecánicos como las ventanas abiertas, no tengan próximos ningún foco de contaminación importante (salidas de humos de garajes o cocinas, obras, basuras, etc.).
  • Mantenimiento y limpieza insuficientes de los sistemas mecánicos de ventilación. (Conductos, filtros, etc.).

 

El Real Decreto 486/1997 sobre Lugares de Trabajo establece en su Anexo III unos valores de renovación mínima del aire de los locales de trabajo.

Criterios del RD 486/1997 para la renovación mínima del aire de los locales de trabajo

Criterios del RD 486/1997 para la renovación mínima del aire de los locales de trabajo

La Guía Técnica del INSHT de Lugares de Trabajo añade que “en los locales de trabajo no industriales, la concentración de dióxido de carbono (CO2), gas que se produce en la respiración de las personas que los ocupan, puede servir como indicador de la calidad del aire interior y para comprobar la eficacia del sistema de ventilación. Siempre que no exista una reducción de la concentración de CO2 por otro medio distinto de la ventilación, cuando la concentración de CO2 sea mayor de 1000 ppm se considera que la ventilación es inadecuada”.