Cuando la Calidad del Ambiente Interior (CAI) de un local de trabajo presenta deficiencias, esto repercute de manera notable en el confort de los trabajadores, dando lugar a molestias, sensaciones de malestar e incomodidad (deslumbramientos, falta de concentración, mareos, tos, etc.).
Pero una mala CAI no sólo origina molestias, sino que también puede dar lugar a la aparición de enfermedades que, en general, no suelen ser graves, aunque en algunos casos, como por ejemplo la enfermedad del legionario, sí lo son.
Las alteraciones de salud más importantes debidas a una mala calidad del ambiente interior se engloban dentro del nombre genérico de Enfermedades Relacionadas con el Edificio (ERE), en las cuales el origen de la enfermedad es perfectamente conocido. Por otro lado, la aparición de determinados síntomas sin conocimiento de causa, que desaparecen una vez los trabajadores abandonan el edificio, ha dado lugar a la denominación de un síndrome, el Síndrome del Edificio Enfermo (SEE).
1.1. Enfermedades Relacionadas con el Edificio (ERE)
Se trata de enfermedades infecciosas, alérgicas o de tipo irritativo, causadas por agentes biológicos, químicos o físicos específicos, es decir, tienen una causa conocida. Son poco frecuentes, pero puedan dañar seriamente la salud. Cuando afectan a individuos sensibles o con las defensas debilitadas pueden incluso llegar a provocar la muerte.
Las ERE se clasifican en dos grupos:
- Grupo 1: Personas con enfermedades conocidas que sufren un empeoramiento clínico al permanecer en un edificio con problemas de CAI. Ejemplo: asma bronquial, rinitis alérgica o dermatitis atópica. El empeoramiento se produce por la presencia de alérgenos o por las propias condiciones
- Grupo 2: Enfermedades específicas producidas por causas identificables presentes en el edificio:
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- Alérgicas: asma, neumonitis por hipersensibilidad…
- Infecciosas: legionelosis, infecciones virales…
- Tóxicas: producidas por irritantes o tóxicos volátiles presentes en el ambiente (CO, Compuestos Orgánicos Volátiles (VOCs)…).
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Uno de los ejemplos más representativos de ERE es la enfermedad conocida como Legionelosis, originada por la bacteria Legionella pneumophila, que prolifera en el agua estancada y sucia. La enfermedad se produce cuando los individuos respiran aire que contiene gotículas de agua contaminada con legionela. Si el agua de las torres de refrigeración o de los humidificadores está contaminada con la bacteria y penetra en el aire de ventilación en forma de aerosol (gotitas de agua suspendidas en el aire), se crean unas condiciones altamente peligrosas para que pueda aparecer la enfermedad.
La Legionelosis puede cursar con dos cuadros clínicos diferentes. El más serio es la Enfermedad del legionario, que cursa como una neumonía típica, con posibilidad de complicación e incluso la muerte. La Fiebre de Pontiac constituye una manifestación más leve de la enfermedad, cursando con fiebre aguda autolimitada, siendo la recuperación espontánea y sin secuelas.
1.2. Síndrome del Edificio Enfermo (SEE)
El SEE es más frecuente que las ERE, pero sus consecuencias suelen ser menos graves. La Organización Mundial de la Salud (OMS), en 1982, definió el SEE como:
“Fenómeno que se presenta en ciertos espacios interiores no industriales y que produce, en al menos un 20% de los ocupantes, un conjunto de síntomas tales como sequedad e irritación de mucosas, dolor de cabeza, fatiga mental e hipersensibilidades inespecíficas, sin que sus causas estén perfectamente definidas.”
Es muy característico del SEE que los síntomas desaparezcan al abandonar el edificio.
El SEE no suele tener una causa única sino que suele ser multicausal. Los edificios con este síndrome suelen reunir varias de las siguientes características:
- Edificios herméticos con ventanas no practicables.
- Edificios nuevos o recientemente remodelados.
- Baja calidad de los materiales de construcción.
- Sistema de ventilación mecánica común a todo el edificio o a amplios sectores del mismo, en los que se recircula gran parte del aire.
- Superficies interiores recubiertas, en gran parte, con materiales textiles (alfombras, moquetas, ).
Además, la OMS distingue entre edificios temporalmente enfermos, edificios nuevos o de reciente remodelación donde los síntomas del SEE desaparecen con el tiempo, y edificios permanentemente enfermos, en los que los síntomas persisten durante años.